Un Test de Inteligencia nos aporta información sobre las
capacidades y habilidades cognitivas de un sujeto. No hay que entender el test
como un instrumento que sólo tiene un fin ( obtener el Coeficiente Intelectual)
sino como un medio que nos aporta información extra pero muy útil sobre el
sujeto, prestando atención a:
-
Comportamiento durante la pasación del test.
-
Comprensión auditiva.
-
Asimilación del mundo exterior.
Normalmente los test miden dos
áreas generales:
-
La verbal.
-
La manipulativa.
Un test de Inteligencia que se usa para temas de orientación
escolar, elaboración de informes, evaluación y exploraciones psicopedagógicas etc.,
debe contener actividades de:
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Comprensión Verbal.
-
Razonamiento Perceptivo.
-
Memoria de Trabajo.
-
Velocidad de Procesamiento de la Información.
Los resultados no son determinantes, pero sí nos aportan
información útil para poder mejorar
aspectos psicoeducativos y habilidades intelectuales del sujeto.
Este tipo de test deben complementarse con otros tipos de
test, como por ejemplo los que evalúan la ansiedad, autoestima o test
proyectivos, con el fin de obtener una evaluación global de sujeto.
A la hora de realizar esa evaluación global, han de tenerse
en cuenta otra información de carácter multidisciplinar, así entenderemos al
sujeto evaluado como sujeto único.
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Factores ambientales.
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Aspectos psicoeducativos.
-
Estilo de educación
-
Aspectos médicos.
Los examinadores (pedagogos, psicólogos,
etc.) deben crear un clima adecuado de trabajo para que el sujeto realice el
test con confianza y seguro de sí mimo.
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